El proyecto consistió en la construcción de un tercer piso, en el que el quincho, realizado en obra, fue el espacio principal, destacándose por su revestimiento de porcelanato gris y detalles en aluminio. La fachada del quincho, revestida con cerámicos de tonalidad verde, jerarquiza y enfatiza este espacio. El resto de la ampliación, en cambio, se desarrolló con pinturas en los muros y ventanales que enmarcan las vistas privilegiadas de la ciudad de Santiago, ya que el edificio está ubicado en Apoquindo. La cubierta, ventilada, impide la acumulación de calor y es reforzada por ventanales que aprovechan los vientos. Finalmente, el diseño general de la ampliación se integra discretamente con el edificio original, utilizando tonos claros y grises para lograr una apariencia que pasa desapercibida.